Poco se sabe de esta poeta que escribe con un lenguaje callejero, casi taleguero diría yo. La voz de esta prostituta hace que palabras como chachi, ajogo, condón, chocho o parchís, formen parte de un poema y lo hagan animal vivo. Su poesía está llena de verdad. No he podido despegarme de este libro desde que empecé a leerlo. Me pasó también con “La posesión del humo”, aunque esta “Cosecha roja” es tan madura y tan completa que ha saciado mi hambre de buena poesía para esta semana. Y es que Violeta C. Rancel no se parece a nadie. Su poesía es crítica con la sociedad, diciendo las cosas con sus propio vocabulario y no rodeando al muerto para al final tener igualmente que encerrarlo. No creo que Violeta intente darnos lecciones de moral. Tampoco creo que escriba para obtener reconocimiento ni para conseguir ser una de las 10 mejores de España, pero es por esto mismo que se ha situado en lo más alto de las voces de nuestro país. Muchas veces me pregunto si Violeta será una de esas tías que veo por las calles de detrás de la Alameda, una de esas señoras sentadas en la puerta a la espera del cliente más extraño. Para escribir lo que ella escribe hay que haberlo vivido. Si no, ¿Cómo pueden decirse estas palabras?
De paso
A Marcial, el Nuncaunpavo
Una copa de vez en cuando
y ropa limpia aunque no flama. Un parchís
y diez o quince libros, mejor si son robados.
Un chorbo guapo que sepa algunas cosas.
Ni un chulo ni un pirado.
Guardad para vosotros lo demás.
Yo estoy de paso.
Oficio de vivir
El chasquido y la ceniza
de un mosquito en el neón.
El aire entre los radios de una bici.
El alquitrán hirviendo en la cuneta.
El poni de la noria,
rompiéndose la polla contra el suelo,
soplando y resoplando tras su jaca.
Las eses de un borracho
que no encuentra su queli.
La moto que derrapa junto a ti
y apaga su motor y hola preciosa.
Un Cristo de pensión
barnizado diez, mil veces.
Un culo de coñac y un cigarrillo.
Rosario, la Tulipa, pegada
con loctite a la farola.
Un pavo que te quiere vacilar,
que cree estar haciéndote un favor
por meter su polla entre tus cachas.
Un viejo facha, un carcamal
Que te dice, bah Violeta,
Calza bien a estos pringaos,
Cuando abres el portón.
los tacones suben por ti las escaleras.
C. Range, Violeta: nació en Sevilla en 1968. Ha publicado La posesión del humo (ed. Hiperión, 1997) por el que recibió el premio ciudad de Córdoba y con posterioridad los cuadernillos Para nada (ed. Crecida, 1999) y Four roses (Cuadernos del vigía, 2002), reunidos por vez primera en Cosecha roja (Tenerife, 2007). Violeta C. Rangel viene siendo considerada una de las voces más impactantes y de-moledoras de la nueva poesía española, habiendo sido traducida a varios idiomas e incluida en numerosas antologías tanto en España como en el extranjero.
PD: un saludo a Manuel Moya, que es el poeta que mejor interpreta la obra de Violeta.
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