martes, agosto 06, 2013

CAROLAIN 2013

CAROLAIN 2013

El mundo se divide en dos tipos de hombres. Los que sí y los que no. Yo era de los primeros.
Mi pueblo estaba en desertización a causa de una plaga de mamíferos marinos que no dejaban de aplastar los cultivos. El arroz era de regadío. Compré fertilizante pero me timaron en el cambio.
Desperté de una profunda siesta de siete horas y media y me sentí turbado. ¿Dónde estoy? ¿Y mis pertenencias? ¿Y mi mayordomo? Nunca tuve mayordomo.

En un plis plás escuché una música que venía planeando hacia mi tímpano derecho como el que no quería la cosa. Era una mezcla de la Velvet UnderGrund y Jarabe de Palo. Entonces miré de reojo por la ventanilla de mi monociclo y la vi. Una rubia de ojos azules me decía “ven” con el dedo índice impregnado en mermelada de fresa. ¿Quién eres? Pregunté a cinco centímetros de su pecho. Soy Carolain, tu novia Jipi de un metro 85.

Vestía ropas anchas y tenía un perro que había cogido de la perrera municipal de Colorado, Frankfurt.
Vivimos en una caravana abandonada y el sol y unos yogures helados eran nuestros únicos amigos. Una mañana después de darme los good days a través de un megáfono cayó redonda al suelo. Me acerqué a ella pero ya era tarde. Murió de una neumonía vascular al andar descalza por el baño. Entonces me dije para mis adentros que una cosa así no tenía por qué cortarme el rollo.

Disfracé a Carolain de Madonna y la arrastré hasta aquella pista de baile en el condado de Massachusetts. La lancé por los aires hasta que un cowboy me pidió bailar con Madonna. Yo se la iba pasando mientras bebía Gatorade a sorbitos. La vida y la muerte son dos cosas. El cantante de Depeche Mode no es daltónico. Sangre, sudor y lágrimas. Maracaibo.

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