domingo, mayo 11, 2008

Presentando el libro de Pepe Quero con Kiko Veneno en la Feria del Libro de Sevilla.



Estupenda tarde, con gotas de lluvia incluidas, la que pasamos el viernes día 9 de Mayo en la FLS08. Presentábamos el libro de Pepe Quero titulado "Tengo un amigo que no tiene amigos", editado por Cangrejo Pistolero Ediciones.
Primero quedamos Nuria y yo con Pepe y Kiko Veneno (autor del prólogo) en el Hotel Inglaterra para preparar el acto. Con estos artístas resultó una misión imposible. Aunque llevábamos guión, la improvisación llevada de la mano de la ilusión por presentar este primer trabajo poético de Pepe Quero, hizo que surgiera un acto fresco y descarado que mantuvo al público asistente con una contínua sonrisa entre los labios y aplausos después de cada poema recitado. La Pérgola de la Feria estaba llena y allí nos encontrábamos los cuatro recitando, micro en mano, los versos del Quero. Kiko Veneno y el autor se marcaron algunos de los poemas a dos voces, y yo le dediqué alguno a un chorrito de agua que caía muy cerca del escenario.

Después estuvimos en la caseta de REI firmando ejemplares y acabamos en el bar de la Feria del Libro tomando copas y comiendo tortilla de patatas y jamón serrano. Cada vez más la Feria del Libro va comiendo terreno a la de Abril. Sólo nos queda inaugurar la Calle Infierno.

Este poema se titula EL PERRO y está incluido en "Tengo un amigo que no tiene amigos":

Ayer soñé que era el perro de Las Meninas.
El can más feliz del mundo. El Genghis Can.
Allí, en la corte, paso todo el día al lado de mi amo, Don Diego.
El maestro me acaricia y de vez en cuando
deja un poco de azul cobalto entre mis orejas.
Lo hace aposta.
Soy el único perro no daltónico del planeta,
mi amo no lo sabe.
Me disloca el color y el olor a pintura.
Mi amo acaricia cuando pinta.
Llevo un montón de días posando, yo no me muevo.
La enana alemana, pestilente, sí, no para.
La niña pija está cansada siempre.
Hoy han traído a un diminuto milanés,
sólo verme y ya me ha puesto un pie encima.
No aprecian el arte.
No tienen ni el más mínimo instinto.
Otro día vinieron unas personas vestidas de Reyes.
Se quedaron un buen rato mirándonos
mientras mi amo acariciaba un lienzo.
Yo aguanté estoico,
no dije ni guau.

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