martes, diciembre 27, 2011

Absurdo y Diestro: el juego de las casualidades, por Candela Vizcaíno.

Absurdo y Diestro: el juego de las casualidades

Candela Vizcaíno

Doctora en Comunicación por la Universidad de Sevilla

El Bing Bang es una afortunada casualidad. La formación de una nueva vida es otra afortunada casualidad. Todos los encuentros son meras casualidades. El germen del arte es, en ocasiones, casual. La creación nunca es casual. No puede serlo. La creación es una combinación acertada de azar, trabajo y mucho talento.

El arte es el intento del hombre por darle forma al caos universal y esto es fruto del azar. Lo mejor de la humanidad nace, al fin y al cabo, del azar, de una casualidad imprevista.Y fue el caos y el azar los que se pusieron de acuerdo (como en tantas otras ocasiones afortunadas que la vida nos regala) para unir, primero, a Arturo Comas y Miguel Ángel Salas Reche mientras experimentaban, en unas de sus clases, con los “cadáveres exquisitos”, con ese juego bautizado en las veladas surrealistas a través del cual se intenta crear arte mediante la simple combinación azarosa surgida de sucesivas propuestas caóticas de varios artistas.

Este juego se vale del azar que propicia el caos universal para crear una obra única y ordenada. El encuentro con el tercer hombre fue, no podía ser de otra manera, fruto del azar. Fue el dichoso azar el que unió en otra clase impartida en la Facultad de Bellas Artes de Sevilla a estos dos estudiantes con un joven profesor, Antonio García Villarán, que, por azar, en aquellos días presentaba su primer libro de poemas, Conductor de nubes, en la desaparecida Librería Lema. Y en aquel local el azar, de nuevo, unió al incipiente poeta, que comenzaba a jugar con el poder de las palabras, con los inexpertos estudiantes, que comenzaban a experimentar con las posibilidades plásticas de las frases elegidas al azar.

Luego llegó el trabajo duro y diario que, unido a un talento y a una desinhibición pre-existentes, dio como resultado la curiosa y original propuesta artística de Absurdo y Diestro. “Nosotros también escribimos” dijeron Arturo y Miguel Ángel a Antonio, el cual se afanaba aquella noche por recitar sus versos y firmar ejemplares de su opera prima entre la concurrida parroquia literaria. Y así fue como el azar propició el primer encuentro. Pero no vayamos tan rápido. Antes (mucho antes) de la publicación de los tres libros que tienen en la calle; antes de todos los recitales montados en diversos puntos de esta geografía sureña; antes de que comenzaran los ensayos y el juego con las palabras; antes de que estos tres jóvenes hicieran lo que nunca nadie ha hecho antes; antes de que Absurdo y Diestro crearan una nueva forma de hacer literatura; antes de que estos tres chicos se pusieran a servir a la palabra hablada, a la palabra escrita; antes de que esa misma palabra poética fuera despojada de todo artificio lírico para hacer una cosa nueva a medio camino entre el humor crítico y la sensibilidad inteligente (una forma de expresión creada por Absurdo y Diestro que, aunque existe, aún no tiene nombre); antes del principio... los tres componentes del grupo quedaron para hacer un intercambio de ideas, una combinación de propuestas para un proyecto único.

El lugar elegido para charlar y tomar un café fue el Aeropuerto de Sevilla. Ninguno iba a ninguna parte. Los tres iban a comerse el mundo. Pero el lugar era bonito (“se veían los aviones despegar” dice Miguel Ángel; “en el artículo pon Airport”, me pide Arturo) y ya intuían que de ese encuentro iba a salir algo nuevo e interesante (“y lo mismo hacemos historia”, vaticina Antonio)Primero fue –Silencio, por favor, presentado en la misma Lema para regocijo y asombro de todos los presentes, luego el Rinoceront negr en el patio de la Facultad de Bellas Artes de Sevilla donde le esperaban, impacientes, sus ya muchos incondicionales y, luego, Caroline. Entre medias, los tres Absurdos y Diestro imprimen “frases sueltas que se dejan por ahí”, que se regalan a los transeúntes, a los niños que juegan en las plazas, a los mayores que esperan una vida pasada, a los ejecutivos con prisas, a los solitarios que buscan mensajes perdidos entre los papeles de las aceras.

La primera frase que se abandonó (que se regaló) al viento fue “Siempre voy con mi hormiga. ¡Y me gusta!” y luego vinieron muchas más (como las hormigas), muchas más frases que periódicamente se recogen en la revista “Siamés Independiente” (otra creación para-normal de la que forma parte el grupo, pero esto lo dejamos para otro día).No han imitado. Son cien por cien originales. Pasan sin problemas el control anti-dopping del plagio. Sus libros están ahí (en CREA, el estudio que comparten los artistas frente a la Casa Dueñas, en La Casa del Libro y en La Carbonería) y sus espectáculos poético- humorísticos serán presentados en distintos locales de Sevilla. Son libros y espectáculos apoyados en el buen hacer de Johanna D’Arco en las ilustraciones, David Antúnez con creaciones musicales originales y Maikel Laudru “en la poesía y el recuerdo”.

Siguen trabajando: siguen vistiéndose elegantemente de negro (con calcetines a rayas y botines con cordones deportivos) para, a modo de juglares de la post-modernidad, regalar sus palabras a la concurrencia, para crear una literatura repleta de humor ácido, inteligente, culto y exquisito sobre el que dan saltos mortales alejados del magisterio surrealista del que beben; sobre el que dan saltos mortales alejados de la poesía visual de los setenta-ochenta en la que se inspiran. Absurdo y Diestro están actualmente haciendo algo nuevo cuando los gurús del arte vaticinan el fin de la vanguardia; cuando los historiadores claman que este pueblo nunca redactó un manifiesto artístico; cuando la sequía espiritual amenaza con arruinar toda la cosecha creativa. Pero es que aún son pocos los que saben que del azar y del caos Absurdo y Diestro está haciendo literatura de la buena. Aquí y ahora.



Este es un artículo de Candela Vizcaíno que he encontrado por casualidad, en el que habla de los inicios de ABSURDO Y DIESTRO, y de la historia del grupo de Poesía Absurda y Surrealísta del que formé parte.
Recordado en estas fechas...

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