martes, febrero 02, 2010

Lo matamos


Lo matamos,
tuvimos que hacerlo
porque él era más fuerte
más guapo
y más listo
que todos nosotros.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Este texto está entre lo mejor que he leído tuyo.

Réplica:
La fuerza del muerto se convirtió en cáncer para sus asesinos,
su belleza en mordeduras de remordimiento,
y su intetigencia en autoengaño de por vida.

Emilio

María Libertad dijo...

Esto texto invoca palabras de don Valle-Inclán quien nos develaba la esencia de lo esperpéntico español: la superioridad del impotente, el miedo al espantajo, el inconmensurable poder de la tristeza;

Síntesis de lo siniestro y lo vulgar de "pseudo-artistas" donde el todo vale es una función primaria.

Imposible de explicar estas noches, que no sea por un principio esperpéntico activo entre vosotros, tan mostrenca actitud, tan pánfila mentalidad, tan memo carácter de espíritu.

En fin, noches de Oso Hormiguero, conviviendo con la ignorancia.