
Lo que mas me sorprendió fué lo civilizada que es la gente allí. Aunque el cartel ocupaba toda la pared y parecía de guasa, no había ni un sólo cartel pegado allí. Fijáos como la pared está llena de polvo y polución, pero sin ningún papelito.
Aqui tenéis el PODER DE LA PALABRA.
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