jueves, julio 17, 2008

Guerra sin cesar, de Charles Bukowski. Poemas 1981-1984.



Pues qué queréis que os cuente de Bukowski. Que cada vez que veo una nueva obra suya en el escaparate, ya me falta tiempo para instalarlo en mi mochila. Aunque tengo que confesar que el libro que más me gustó de los que se han traducido al español es "Arder en el agua, ahogarse en el fuego" de la editorial "La poesía, Señor Hidalgo" editado en el 2004. Pero este es otro de los poemarios que empiezas a leerte y no puedes abandonar hasta que expira su última letra.

Se está diciendo de todo a cerca de este poeta-borracho-misógino-putero-amantedelamúsicaclásica, aunque yo creo que su vida queda bastante reflejada en todo lo que escribe. Y al igual que Carver, pienso que hay que tener dos cojones para escribir de esta forma tan cruda. Este hombre nunca tuvo pelos en la lengua. Seguro que se hizo la depilación láser nada más nacer.
Aunque hay una cosa que me ha impresionado del prólogo de su traductor, Eduardo Iriarte, y es el miedo de Bukowski.
Según Iriarte, Charles Bukowski escribió su primera novela, "El cartero", en sólo 2 meses. Y todo por miedo. Miedo a defraudar a su editor. Miedo a cagarla en los plazos y tener que volver a sus trabajos de mierda. Miedo a dejar por hacer lo que más le gustaba.
Aunque yo pienso que algo de amor y necesitad también tendría que haber. Cuando álguien hace cualquier cosa por vocación, esto se nota. Y Bukowski podrá haber sido lo que sea, pero lo que no se puede negar es que era un gran escritor y un excelente poeta, sucio e hiperrealísta, pero poeta.

LAS CHICAS SALIDAS DE LA NADA

las chicas salidas de la nada venían
y se sentaban en mis sillones y
bebían y fumaban conmigo
y se metían en mi cama
como irreales
niñas de juguete

pero
a veces
eran
minúsculos pedacitos de
magia maravillosa

aunque la mayor parte
del tiempo
eran
ajenas
a todo

el cielo
la tierra
el mar
la voz
la risa
o
la suerte.

sencillamente
ocurrían.

tenían cierta
valentía
pero no mucha
ternura.

siempre me sentía
mejor
cuando se iban
y nunca tenía
claro
por qué
regresaban

siempre con
alguna historia acerca de que
abusaban de ellas,
lo que probablemente
era
cierto.

pero
a veces
resultaban fastidiosas
durante las largas
noches
con sus
maldiciones y su
charla
amargada
y confusa
y tanto pelo
caído sobre
aquellas caras.

las chicas salidas de la
nada
tenían mucho
que decir.

a veces
me despertaba
(y me despertaban)
bastante
interés

lo explicaban
todo
con
verborrea

lanzando patadas
con sus
largas piernas
con tacón
de aguja

sin embargo,
siempre traían
problemas
de una manera u
otra

sobre todo si
empezaban a
importarme
más de la cuenta.

entonces
sabían
qué hacer

y
lo
hacían.

2 comentarios:

Manuel G. Mairena dijo...

qué necesario es siempre bukowski, sobre todo para encontrar poesía en la poesía.

tournesols dijo...

"La
senda
del
perdedor
"