martes, junio 24, 2008

La MAREA HUMANA de Benjamín Prado



Marea humana ha sido el VIII Premio Internacional de Poesía Generación del 27, es decir, que para mi es sospechoso. Este es uno de mis tantos defectos. No me fío de los premios. Aunque también es cierto que he descubierto a muy buenos poetas leyendo sus libros que han sido publicados por haber ganado uno de estos premios, aunque son los menos. Todos sabemos lo corrupto que son estos caramelos en los mundos de las artes...
Bueno, la verdad es que conseguí este libro porque me gustó mucho lo que escuché en la Feria del Libro de Sevilla de este año, cuando Benjamín recitó con Sabina en la carpa principal. No lo pude ver en directo ya que estaba en EDITA, aunque gracias a esta maravillosa herramienta llamada internet y a las buenas intenciones de la organización de la FLS08, grabaron el recital y lo colgaron en su WEB.
Lo que más me ha gustado de este libro han sido las imágenes que me han ido creado algunas de sus frases. Postales surrealistas -pero nítidas- como cuando dice... "para él una moneda es una escama/del pez de la fortuna/y en sus ojos/ se lee la codicia/ lo mismo que en el hielo se hace visible el frío...".
Y lo que menos me ha gustado han sido las gotitas de corazón, flores, amores y gaviotas que convierten en blando los pilares de unos poemas bastante sólidos.

Os dejo con su poema titulado "El Soñador"

Una noche soñé que era Pablo Neruda.

Estaba en la playa y oí en mi corazón segundos rojos,
vi en el cuarzo una suma de erizos y tormentas,
vi en la gaviota un cruce del vértigo y la nieve.

Un clavel era el ojo de quien mira un incendio.
La escarcha era una lluvia de cúpulas deshechas.
Los destellos del oro,
avispas que volaban en torno a su panal.

Yo fui Pablo Neruda,
compré diamantes en las fruterías,
domaba diccionarios con un látigo verde
y cavé un túnel que iba del pan a las banderas.

Tú venías a mí
como septiembre acude a las manzanas.

Cuando me desperté,
la sombra de los árboles
le ponía a la luz sus negras herraduras.

Cuando me desperté
no quedaban ni viento ni banderas
y te había perdido.

A veces es tan triste no ser Pablo Neruda
y que la noche sea nada más que la noche
y el día, sólo el día.

1 comentario:

Rafael Pavón Reina dijo...

Como tú también considero sospechosa la concesión de este premio, y más si lees los nombres de los componentes del jurado (amigos suyos). Pero en fin, debe ser la queja típica de los que carecemos de editorial... El libro está bien, sobre todo la sección que nos habla del "Amante" (no recuerdo si se titulaba así, estoy en la playa y no tengo mi ejemplar cerca). Como dice un amigo mío, es agradable su lectura, aunque los libros anteriores me gustan más, sobre todo los publicados en Hiperión. Benjamín Prado es uno de mis poetas y tuve la suerte de escucharlo en un recital de la antigua "Fundación El Monte" junto a Pablo García Baena. Un saludo desde algún lugar al sur de Triana.