Una vez dentro del recinto del Colegio de Arquitectos hicimos entrega del presente que traíamos a nuestras amigas de la Bella Varsovia;
un JAMÓN vestido de flamenca.
Alejandra Vanessa recibió el jamón Y Elena Medel nos obsequió con un separador de libros tamaño enciclopedia con la auténtica receta del Salmorejo cordobés. Qué más se puede pedir. Ni llaves de la ciudad ni nada, rico Salmorejo para toda la vida!.
Al encontrarse con la sorpresa del jamón flamenco y ante el apetito que se nos abrió a todos los presentes, Elena pidió ayuda por el micro:
- Hay algún cortador de jamón entre el público?
Efectivamente, un señor de edad madura muy bien ataviado con camisa blanca y pajarita se adelantó, levantó la mano y dijo:
-Yo.
A partir de aquí todo fue coser y cantar. Apareció de entre la multitud un cuchillo jamonero y el soporte de madera donde se coloca la pata para ser rebanada. El Tío Frasco (ese es el nombre del cortador de jamón profesional) se colocó en una mesita a nuestra derecha y se puso manos a la obra.
Las dos editoriales explicamos los pilares de nuestros proyectos mientras la niña Nerea repartía el fiambre a los asistentes. Después vino el recital…
Pd: en breve, más.
2 comentarios:
Aiss, qué recuerdos.
(¿Pudo salir mejor?)
Besos*
No se si pudo salir mejor, pero el caso es que hay que repetirlo!
Arriba la poesía!!!
y el jamón.
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